 | La moderna sociedad de la información se caracteriza por el constante flujo de datos personales. Nuestra identidad, señas, circunstancias, costumbres... son conocidas por un número cada vez mayor de personas o entidades, y quedan registradas con ocasión de la recogida de datos que es ya necesaria para cualquier actividad, como inscribir a los niños en el colegio, en cuanto clientes de un banco, por pertenecer a una Asociación... e incluso al comprar en grandes almacenes. Todo ello ha despertado una creciente sensibilidad social.
Los datos se facilitan con una determinada finalidad. Por eso, los poseedores de datos personales deben garantizar que éstos no son utilizados para fines distintos de los que motivaron su recogida, así como que se encuentran protegidos y el acceso a los mismos está limitado únicamente a quienes deban conocerlos por razones justificadas.
En España, la Ley de Protección de Datos regula la posesión y tratamiento de datos personales por empresas, profesionales y entidades en general. Todos debemos ser conscientes de las nuevas obligaciones que nos impone, ya que su incumplimiento puede conllevar importantes sanciones económicas. |
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